Un acto ha que transcurrido con enorme solemnidad, pese que algunos asistentes hayan increpado a Carlos Mazón

El Museo de les Ciències Príncipe Felipe, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, ha acogido esta tarde el funeral de Estado en memoria de las víctimas de la DANA, coincidiendo con el primer aniversario de la catástrofe que, en 2024, se cobró la vida de 237 personas —229 en la provincia de Valencia, siete en Castilla-La Mancha y una en Andalucía.

El acto, solemne y de tono contenido, ha estado presidido por Sus Majestades los Reyes y ha reunido a representantes de todos los poderes del Estado junto con los familiares de las víctimas. En torno a ellos, la sociedad entera, representada por instituciones, autoridades, equipos de emergencia y ciudadanos, ha querido rendir homenaje a quienes perdieron la vida y a quienes siguen enfrentándose, un año después, al vacío que dejó la tragedia.

Desde las cuatro de la tarde han ido llegando los familiares, así como el goteo de autoridades. El protocolo se cumplía con precisión, mientras el aire cargado de respeto —y de cierta tensión— llenaba la explanada.

Posteriormente, se ha producido el goteo de autoridades. Por parte del gobierno valenciano, han llegado en primer lugar, y en grupo, los consellers y más tarde lo ha hecho el ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón.

El jefe del Consell ha recibido, junto a otras cinco personas -los presidentes del Congreso y el Senado, Francina Armengol y Pedro Rollán; la presidenta del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló; la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; y la alcaldesa de València, María José Catalá- al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha accedido a las 17:45 horas.

Dos minutos después, han llegado los Reyes, que han sido recibidos por Sánchez y el resto de la comitiva. Don Felipe y Doña Letizia, así como Pedro Sánchez, han saludado en una sala adyacente del Museu de les Ciències de València a representantes de familiares de víctimas de la dana, a quienes han expresado su pésame y su cariño. También ha accedido a este espacio reservado Francina Armengol, quien ha intercambiado también un abrazo y algunas palabras con estos familiares, Pedro Rollán, Pilar Bernabé e Isabel Perelló.

Algunos han querido expresarlo también con su vestimenta: camisetas negras con frases como “Traidores, cómplices, asesinos” o “Eren morts evitables”, y fotografías de sus seres queridos sujetas entre las manos. Una mezcla de dolor, rabia y memoria ha recorrido el espacio, dividiendo en silencio el ambiente entre quienes solo querían recordar y quienes, además, exigían justicia.

El escenario, presidido por las banderas de todas las comunidades y ciudades autónomas, simbolizaba la solidaridad de todo un país. Un país que, ante la efeméride, se detiene para mirar atrás y reconocerse en su herida.

Desde el interior del museo, a través de los monitores instalados, hemos podido ver la llegada de los Reyes, a las 17:47 horas. Han sido recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la presidenta del Congreso, Francina Armengol; el presidente del Senado; la presidenta del Tribunal Supremo, Isabel Perelló; el president de la Generalitat, Carlos Mazón; la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; y la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.

En las pantallas, Felipe VI y la Reina Letizia saludaban uno a uno a los representantes de las asociaciones de víctimas. En el auditorio, los murmullos se apagaban y el ambiente se volvía expectante.

El silencio, sin embargo, se rompió instantes después, cuando el president de la Generalitat accedió al espacio principal del acto. Sonoros gritos de “asesino” retumbaron en la sala, un desahogo colectivo que tensó el ambiente y obligó a detener el protocolo. Tras un breve minuto de silencio, los reproches se repitieron, extendiéndose hacia el conjunto de autoridades. Incluso se produjeron intercambios de palabras entre familiares: algunos pedían respeto, recordando a voces que “no era el sitio ni el momento”. Y, en ese mismo instante, con la entrada de los Reyes, el ruido se convirtió en aplausos.

Puntual, a las 18:00 horas, el himno nacional ha dado inicio al acto. Todos, en pie, frente a un escenario que concentraba la emoción contenida de un país entero.

La periodista gandiense Lara Siscar ha conducido la ceremonia con serenidad. Tras una breve y sentida introducción, ha leído uno a uno los nombres de las víctimas. Doscientos treinta y siete nombres que han llenado la sala de silencio, solo roto por el llanto de algunos familiares. Fue una lectura pausada, estremecedora, que devolvió identidad y voz a cada una de las vidas perdidas. Al finalizar, un aplauso largo, unánime, resonó como una oración colectiva.

A continuación, la cantante valenciana Maria Bertomeu, “La Maria”, ha interpretado Mon Vetlatori, acompañada únicamente por una guitarra. Su voz, grave y delicada, se ha elevado sobre el auditorio en uno de los momentos más emotivos de la tarde.

Tras la música, llegó el turno de los familiares. Tres intervenciones, tres formas distintas de recordar, pero una misma fuerza.

Hija de Eva María Canut

Nada más subir al atril, ha querido “dar el pésame a todas las personas que estamos hoy aquí”.
“Hoy hace un año que nos cambió la vida a todos.”

“Quiero que este acto no fuese un homenaje a los que se fueron, sino también a los que seguimos aquí.”
Ha agradecido a los equipos de emergencias y voluntarios, recordando que “en medio del caos, la humanidad sigue existiendo.”

Después, ha hablado de su madre con entereza: “Como mi madre, cada persona que perdimos deja un recuerdo imborrable.”

Y ha concluido con una frase que ha quedado flotando en la sala: “Convirtamos este homenaje en una lección, por honrar la memoria de los que se fueron y cuidar de los que seguimos aquí.”

Naiara Chuliá, esposa de una víctima, natural de Túnez y afincada en Valencia, ha recordado los días previos a la tragedia y un pensamiento que aún la estremece: “Soy tan feliz que me da miedo.” Desde ese punto, ha relatado con serenidad el horror del día de la riada.

“Me repetí muchas veces que no podía, pero la gente de nuestro alrededor nos repitió muchas veces que no estamos solos.”
También ha querido extender su recuerdo al resto de familias: “En esta sala hay 237 historias, incluso familias que han perdido más de un ser querido.”

Virginia, prima de Juan Alejandro Ortiz, de Letur (Castilla-La Mancha), ha cerrado las intervenciones con el mensaje más crítico: “No fue este fenómeno quien provocó la catástrofe; responsable es quien omite su deber.” Sus palabras han arrancado aplausos en varios sectores del auditorio.

Después, Sus Majestades los Reyes han acompañado a varios familiares en la deposición de una corona de laurel en el centro del escenario, en recuerdo de las víctimas. Durante la ofrenda ha sonado El cant dels ocells, interpretado por un conjunto de cuerda. El silencio posterior, profundo y compartido, ha sido quizá el gesto más elocuente de la tarde.

En la parte final del homenaje, el Rey Felipe VI ha pronunciado unas palabras. Su discurso ha comenzado reconociendo el “coraje” de los familiares que han intervenido, evocando después “los recuerdos tremendamente duros y sobrecogedores” del 29 de octubre de hace justo un año.

Su Majestad ha recordado la magnitud de aquella catástrofe que “golpeó con fuerza en Andalucía, Castilla-La Mancha y, especialmente, en Valencia y la Comunitat Valenciana”, y ha subrayado que el país mantendrá viva la memoria de quienes perdieron la vida. “Ellos son la razón, el corazón y el sentido de este día”, ha dicho.

“La Reina y yo queremos que lo sepáis: estamos, ahora y siempre, con vosotros”, ha expresado antes de concluir con un último gesto: “Que nuestro abrazo, lleno de cariño, de respeto y deseo de consuelo, os llegue y os envuelva siempre.”

El homenaje ha finalizado con la interpretación del Adagio del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, a cargo del Sexteto de la Orquesta de RTVE.

Los Reyes han aprovechado el momento para saludar al resto de familiares y representantes de las víctimas. El silencio lo han vuelto a romper algunos gritos críticos con la gestión de los gobiernos.