La primera quincena de la temporada de otoño – invierno se ha salvado con datos relativamente positivos para el turismo de la Comunitat Valenciana.

A pesar que Benidorm supera el 75% de la ocupación media, con un alto porcentaje de planta abierta, lo cierto es que se deja 8 puntos menos sobre el mismo periodo de 2019, lo que refleja las dificultades que afronta el sector en este primer invierno de normalidad, después de dos años de pandemia, pero directamente afectado ahora por la inflación y la situación económica española, europea y sobre todo la británica.

Los datos de pernoctaciones hoteleras nos muestran que los 8 puntos que ha perdido el destino en esta primera quincena de noviembre se cargan directamente sobre los turistas británicos, mientras que los españoles han mantenido el mismo volumen de actividad que en 2019. Sin duda, la complicada situación económica que está atravesando el Reino Unido está pasando factura al sector hotelero. Habrá que esperar a las cifras de la segunda quincena de noviembre con la FancyDressParty que se celebró ayer, así como los datos de viajeros del aeropuerto de Alicante para determinar si hay un menor número de turistas, o por el contrario se mantienen pero están eligiendo otras modalidades de alojamiento como apartamentos o viviendas.

En el lado de los datos positivos encontramos a la Costa Blanca y Valencia que si que mejoran datos respecto a 2019, aunque ningún destino de la Comunidad Valenciana supera el 80% de media.

Castellón, por su parte, mantiene un buen dato de ocupación rozando el 67% y superando a la Costa Blanca, lo que es interesante por ser el destino más afectado por la estacionalidad.