Cremà de la foguera 2024
  • Una cremà que ha contado con un novedoso sistema de lonas con sensores y cortinas de agua donde ha reducido el impacto y mejora la visibilidad de la hoguera

Pasadas las 21:00 horas de la noche, Canals iniciaba la cremà de la Foguera más alta del mundo, con 16 metros de altura, en una plaza Mayor abarrotada de público. Este año la foguera ha estado bautizada como «La Senyora».

Al acto ha asistido el president de la Generalitat, Carlos Mazón, quien ha señalado que las fiestas patronales de San Antonio Abad son una de fiestas tradicionales de la Comunitat Valenciana «que hay que cuidar y promocionar porque forma parte de nuestras señas de identidad y una muestra característica de nuestra cultura«, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

Previamente, el president, acompañado por la vicepresidenta segunda y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, ha visitado el Ayuntamiento de Canals, donde ha mantenido en encuentro con el alcalde, Nacho Mira y ha firmado en el libro de honor. Durante la visita, el jefe del Consell ha saludado a los miembros de la corporación municipal y los representantes de las fiestas de San Antonio Abad.

En el dispositivo por la cremà de la hoguera participa el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia con varios vehículos y una decena de efectivos de los parques de Xàtiva y de bomberos voluntarios de Navarrés, jefe de parque de Xàtiva, técnico forestal, oficiales y personal de Prevención Operativa, según han detallado desde el cuerpo.

La foguera ha quedado devorada por las llamas que se ha visto condicionado por el viento, en tan solo media hora solo quedaba el esqueleto.

La cremà ha estado marcada por la puesta en marcha de un novedoso e innovador sistema de lonas ignifugas y radiación, ideado por investigadores de la Universitat Politècnica para proteger las fachadas de los inmuebles de la Plaza Major, garantizar la seguridad de los asistentes, reducir el consumo de agua y mejorar la visibilidad frente al humo, inspirándose en la Falla del Pilar de Valencia.

Las dos grandes lonas de 14 metros de anchura y 12 de altura que se han colocado a metro y medio de las fachadas de las caras norte y sur de la hoguera se han desplegado unos instantes antes de la cremà sobre unos soportes menos invasivos, dejando la plaza despejada para la celebración normal del resto de actos.

Unas cortinas de agua proyectadas hacia abajo sobre las láminas han refrescado el ambiente, reduciendo de manera significativa la temperatura (de 200 ºC a 70 ºC) y los bomberos han controlado con visores los picos de calor que pudieran deteriorar los edificios. Aunque inicialmente debía recortarse el uso de mangueras, el viento ha obligado a echar continuamente agua sobre las cortinas.

La antigüedad de esta celebración se remonta a mediados del siglo XVII que dedicaron esta hoguera como acto de ofrenda al patrón que protegió al pueblo de un terremoto que afectó a localidades vecinas.

Esta fiesta, que se celebra desde el siglo XVIII como ofrenda a Sant Antoni por proteger al municipio del terremoto que asoló la comarca de la Costera en 1748, constituye actualmente «uno de los auténticos guardianes» de la herencia cultural de la Comunitat Valenciana que contribuye a «fortalecer la cohesión social entre los valencianos«, ha destacado la Generalitat