• Lo hace en una procesión cívica que ha vuelto a la normalidad. El portador ha sido el vicealcalde, Sergi Campillo

Un año después, Valencia ha vuelto a disfrutar ya sin restricciones por la covid y con el recorrido habitual de la procesión cívica y de la ofrenda floral a Jaume I. 

Centenares de personas, se han concentrado por el centro histórico del Cap i Casal para ver por última vez esta Real Senyera por las calles de la ciudad, ya que va a ser reproducida por una menos pesada para sacarla en actos públicos. La actual es de 1928 hecha por Eduardo Sanchis Romero y que será conservada en el museo de la ciudad. 

El vicealcalde de Valencia, Sergi Campillo, ha sido este año el encargado de portarla, que dijo el día de su nombramiento que «la Senyera es el símbolo que representa a los valencianos, y representa la voluntad de los valencianos de ser pueblo».

A las 12h, la Real Senyera ha salido del balcón consistorial para tocar la calle i empezar el recorrido habitual de la procesión cívica. Unos de los actos más emotivos de la jornada, marcado por un estricto protocolo: la Senyera debe bajar verticalmente, recta y sin inclinarse delante de nadie. 

La procesión ha salido desde la plaza del Ayuntamiento, por la calle San Vicente, pl. de la Reina y por la calle Paz, hasta llegar al Parterre, donde se ha ofrecido coronas de laurel ante la estatua del Rei Jaume I y se ha cantado el Himno Regional. Todo seguido la comitiva ha retomado la procesión por la calle Pintor Sorolla y la calle de las Barcas hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento, donde la Senyera ha sido subida con todos los honores y protocolo al balcón para ser llevada al Salón de Cristal. La procesión ha transcurrido con total normalidad. 

Al finalizar la procesión cívica ha sido momento de la pólvora con una mascletà a cargo de la Pirotecnia Mediterráneo en la plaza del Ayuntamiento. 

Así ha sido la bajada y traslado de la Real Senyera.