- Toca decir adiós al horario de verano y por eso la madrugada del domingo hay que atrasar el reloj una hora
Este domingo 27 de octubre, a las 03h de la madrugada, los relojes retrocederán una hora y daremos la bienvenida al horario de invierno. Un cambio de hora que nos acompaña desde hace décadas y está a la orden del día, ya que expertos y políticos debaten sobre su efectividad e impacto en nuestro día a día.
Durante la madruga del sábado al domingo a las 03h serán las 02h, es decir que vamos a dormir una hora más. Pero, ¿tendremos que volver a repetir esta acción en los próximos años?
La medida se lleva adoptando desde hace décadas en todos los países de la Unión Europea. En marzo pasamos al horario de verano y en octubre al de invierno. El objetivo principal no es otro que aprovechar las horas de luz para contribuir con el ahorro energético.
Desde 1981, la norma pasó a ser obligatoria para los territorios que conforman la eurozona. Sin embargo, es una práctica con la que no todos están de acuerdo y ha generado un inmenso debate.
Europa quiere poner fin al cambio de hora
Algunas entidades, como es el caso de la Sociedad Española del Sueño, han advertido en numerosas ocasiones de los efectos negativos del cambio de hora sobre las personas.
Hay algunas que experimentan irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio tras la modificación. Pero no solo eso, también se ha relacionado con enfermedades que ponen riesgo la salud como la obesidad, la diabetes o infartos, entre otros.
En septiembre de 2018 la Comisión Europea expresó su preocupación y planteó la posibilidad de poner fin a este gesto tan simple en los relojes. La fecha inicial propuesta fue en 2019 pero después se pospuso a 2021, aunque no ha llegado a hacerse efectiva debido al desacuerdo entre los estados miembros.
¿Qué fecha pone en el BOE para el fin del cambio de hora?
El 20 de marzo de 2019 el Gobierno creó una comisión de expertos para discutir sobre el cambio de hora. Finalmente, llegó a la conclusión de que no era aconsejable decidir sobre este tema al no haber un «consenso compartido».
Por lo tanto, todavía no hay un día oficial para el fin del cambio de hora. No obstante, el artículo 5 del Real Decreto 236/2002 especifica que se debe publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un calendario concreto que recoja la modificación del horario para los próximos cinco años.
AÑO | CAMBIO HORA VERANO | CAMBIO HORA INVIERNO |
2024 | 31 de marzo | 27 de octubre |
2025 | 30 de marzo | 26 de octubre |
2026 | 29 de marzo | 25 de octubre |
Así pues, en base a este cuadrante, el último cambio de hora en España será el 25 de octubre de 2026.
Cabe recordar que no es definitivo y habrá que esperar a lo que la Unión Europea hace respecto a la propuesta de la Comisión Europea.
Origen del cambio de hora
Históricamente, los estados miembros de la Unión Europea introdujeron el cambio de hora por diversas razones, pero la razón principal fue el ahorro energético. Alemania y Francia fueron los pioneros en adoptar estas transiciones horarias durante la Primera Guerra Mundial con el propósito de ahorrar carbón. Poco a poco, esta práctica se popularizó y se fue extendiendo por otros países.
En España, el cambio de hora tal y como lo conocemos actualmente nació en la II Guerra Mundial, cuando en 1940 Franco ordenó sincronizar el reloj de todos los españoles con el de Hitler, adoptando el huso horario de Alemania. Así pues, los horarios de verano e invierno que actualmente vivimos nacieron de esta medida.
En 1973, este cambio horario se mantendría definitivamente debido a los temores causados por la gran crisis energética y por el argumento de que con él se aprovechan las horas de luz natural ahorrando así en electricidad.
Cabe destacar, que con esta medida, España dejó de lado su huso horario correspondiente. Cada país, según su ubicación respecto al meridiano de Greenwich, tiene un huso horario más adecuado geográficamente hablando, que tiene en cuenta las horas de sol de cada territorio dependiendo de su latitud y altitud.
Con todo, España adoptó el huso horario de Europa Central, en vez de mantener el que al país le correspondía. Así, en invierno, vivimos una hora más adelantados y en verano dos, respecto al horario natural de nuestra zona, que debería coincidir con el de Reino Unido y Portugal.