La celebración, que se remonta a 1868, se celebra actualmente el 12 de octubre, coincidiendo con las fiestas patronales del municipio

La Generalitat otorga la declaración de Fiesta de Interés Turístico Provincial de la Comunitat Valenciana a la ‘Troballa de la Mare de Déu d´Aigües Vives’ de Carcaixent, según resolución firmada por la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Marián Cano, y que en breve saldrá publicada en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana (DOGV).

La solicitud fue presentada el pasado 4 de julio por parte del Ayuntamiento de Carcaixent en la Dirección General de Turismo y, tras el estudio de la documentación que consta en el expediente, se ha resuelto favorablemente la concesión de la mencionada distinción.

Se trata de un distintivo que la Dirección General de Turismo concede a las fiestas, siempre que estas ofrezcan una especial relevancia desde el punto de vista turístico y supongan una valoración de la cultura y de las tradiciones populares valencianas.

El director general de Turismo, Israel Martínez, ha destacado que “esta distinción responde a la singularidad de una celebración que combina tradición, identidad local y una representación única en la Comunitat Valenciana, así como a su capacidad para atraer visitantes y generar repercusión pública”.

Asimismo, ha declarado que “con una antigüedad documentada de más de 150 años, la fiesta se celebra el 12 de octubre, lo que facilita su promoción y participación al coincidir con uno de los puentes más significativos del otoño para la Comunitat Valenciana”. Además, “el evento contribuye al dinamismo festivo, gastronómico y patrimonial de Carcaixent, consolidándose como un referente en el calendario festivo valenciano”, ha añadido Israel Martínez.

Sobre la ‘Troballa de la Mare de Déu’

La festividad de la ‘Troballa de la Mare de Déu’ de Carcaixent conmemora la leyenda del hallazgo de la imagen de la Virgen María d’Aigües Vives por parte de un labrador, hecho que, según la tradición, ocurrió el 16 de octubre de 1250.

La escena representada rememora cómo dos bueyes se arrodillaron bajo un olivo, revelando entre la tierra la imagen de la Virgen. Desde entonces, su culto se consolidó en el convento de Aigües Vives, donde se le dedicó el altar mayor. Esta tradición forma parte del patrimonio religioso y cultural de Carcaixent, transmitida a lo largo de los siglos.

Documentada ya en 1868, la celebración ha experimentado cambios en su fecha hasta establecerse definitivamente el 12 de octubre desde 1964, coincidiendo con las fiestas patronales del municipio. Desde entonces, la festividad se ha mantenido de forma ininterrumpida, destacando por su carácter único en la Comunitat Valenciana: es la única celebración en la que se recrea el hallazgo de la Virgen con la participación simbólica de dos bueyes labrando el campo, elemento que refuerza su originalidad y valor etnográfico.