• Tanto la Santa Sede como la Custodia animan a colaborar con los Santos Lugares

La Santa Sede ha hecho un llamamiento a todos los obispos y fieles católicos para ayudar a Tierra Santa a través de la iniciativa conocida como Colecta ‘pro Terra Sancta’ que tiene lugar en la Iglesia el Viernes Santo.

Esta colecta fue instituida por el papa Pablo VI en 1974 para apoyar a los Santos Lugares de la cristiandad, custodiados por los Frailes Menores de la Custodia de Tierra Santa. Con esta colaboración, se sostiene a familias cristianas locales y la labor pastoral, educativa, social y humanitaria que desarrollan.

El prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el cardenal Claudio Gugerotti, en su carta a todos los obispos del mundo destaca que “la Tierra Santa, los Lugares Santos, el Pueblo Santo de Dios son vuestra familia, porque son patrimonio de todos nosotros”. “Os ruego que sintáis la colecta como una de vuestras prioridades pastorales: aquí está en juego la supervivencia de esta nuestra preciosa presencia, que se remonta directamente a los tiempos de Jesús”, añade.

Además este año “la colecta se ha convertido en un recurso imprescindible: después de la pandemia, de la casi completa interrupción de las peregrinaciones y de las pequeñas actividades creadas, sobre todo por los cristianos, alrededor de aquellas, y del exilio al que muchos se han visto obligados”.

“Todos los lugares están abiertos y dispuestos a acoger peregrinos pero están vacíos»

El franciscano José María Falo, que gran parte de su vida como religioso ha discurrido en Valencia y que lleva diez años en Tierra Santa, asegura que el Viernes Santo, día que recordamos la muerte de Jesús en la cruz, la Iglesia se acuerda especialmente de los Santos Lugares, una tierra que sufre también por los eternos conflictos y que quiere volver a acoger a peregrinos de todo el mundo.

Este religioso franciscano se encuentra ahora en Emaús, explica que ahora -debido a la situación del conflicto entre Israel y Palestina- apenas llegan peregrinos. Una situación que se ve a lo largo de todos los lugares de peregrinaje en Tierra Santa.

“Hay que hacer distinción entre lo que es zona controlada por Israel, territorio israelí y territorio palestino. En el territorio israelí no hay ningún problema, ni de circulación ni de nada, mientras que en el territorio palestino sí que puede haber algún problema por manifestaciones que puedan haber, etc. Y, sobre todo, el problema gordo en estos momentos está en la Franja de Gaza, pero es un problema muy focalizado y muy centralizado en ese espacio del territorio. En el resto hay mucha vigilancia, mucho control, pero tampoco tiene que haber excesivos problemas”, explica José María.

Esta situación hace que “apenas haya peregrinaciones porque la gente tiene miedo y les llegan noticias que no propician que se realicen”. “Todos los lugares que los peregrinos visitan habitualmente están abiertos y están dispuestos a acoger peregrinos. Están abiertos, pero están vacíos. Sí que se ve alguna peregrinación de grupos pequeños de España, de Europa y de países como Indonesia, India o Filipinas”, explica.

“La situación para muchas familias cristianas no es buena, ya que viven de las peregrinaciones”

La ausencia de peregrinos hace que la situación para muchas familias cristianas no sea buena, ya que muchas de ellas viven de las peregrinaciones. “Por ejemplo, en Belén, que es una de las visitas obligadas de los peregrinos, por desgracia, el 90% de la economía depende de que haya peregrinos. Entonces, no hay peregrinos, no hay venta de recuerdos, de objetos religiosos, pero no solo no hay venta, sino que tampoco hay fabricación, porque la mayor parte de las cosas que se venden en las tiendas de recuerdos de Belén se fabrican en allí mismo”, explica. Esto lleva a que la gente lo esté “pasando mal” en estos momentos y de hecho solo en la ciudad de Belén cien familias cristianas se han tenido que ir.

“La realidad de la situación de los cristianos en Tierra Santa es esa, que cuando hay algún problema, los primeros que tienen problemas son los cristianos. No están metidos en el conflicto, pero pagan las consecuencias”, apunta el franciscano. De hecho, por ejemplo en la parroquia de Gaza se han acogido a cientos de familias cristianas que se han quedado sin casas porque se han destruido.

Misión de los franciscanos

Los franciscanos, la Orden de los Hermanos Menores, llevan desde 1217 presentes en Tierra Santa movidos por el espíritu de su fundador, San Francisco de Asís, quien como explican desde la Custodia de Tierra Santa, “movido por el amor a Cristo pobre y crucificado, se acercó hasta el Oriente Medio para ‘tocar’ aquellos lugares que, hasta hoy, constituyen un testimonio insustituible de la revelación de Dios y de su amor por el hombre”. Y en 1342 el Papa Clemente VI promulgó una bula en la que los hacía custodios de los Santos Lugares.

Allí ellos tienen 80 santuarios en los lugares vinculados a los pasajes bíblicos que allí sucedieron, donde acogen a los peregrinos y organizan las celebraciones litúrgicas. Pero además tienen una importante misión educativa, con 16 colegios, y una actividad social con asilos de ancianos, centros de acogida de menores con problemas familiares, entre otras obras. Sus colegios, como explica José María, “están abiertos tanto a cristianos como musulmanes y hay muchos niños que vienen de familias con escasos recursos”.

Para apoyar esta labor es importante la colecta anual del Viernes Santo, ya que con los donativos además del mantenimiento de los lugares de culto se sostiene esta labor educativa y social.