Se esperaba mucho de ese discurso, y no ha defraudado a nadie. Joaquín Pérez Gosálbez ha innovado esta noche en el acto del pregón oficial de las fiestas patronales y de Moros y Cristianos de El Campello.
Con una plaza de la Iglesia abarrotada de gente (la inmensa mayoría festeros y festeras), el pregonero ha basado su intervención en tres ejes protagonizados por la letra efe: “festes, festers y familia”, porque son estos tres elementos los que definen unas celebraciones que en el año 2025 cumplirán 40 años de historia como fenómeno social organizado, aunque antes ya se celebraban.

El pregonero sorprendió en las primeros compases del discurso, interrumpiéndolo por unos segundos para enfundarse la chilaba de su comparsa, Los Pacos, “porque éste es el día que yo espero con inpaciencia para vestirme de festero”. Además, hizo desplegar una gran tela con la imagen de unas babuchas para bebé junto a otras idénticas para adultos, escenificando de esta forma que si algo define a los Moros y Cristianos de El Campello es que se transmiten de generación a generación, por lo que tienen asegurada la pervivencia.

Otro momento destacado fue cuando Joaquín Pérez empuñó y mostró al público las dos espadas mora y cristiana que portaron los capitanes en el primer año como fiestas organizadas bajo el manto de la Junta Festera: el ejercicio 1985.

“Quiero tener un recuerdo de dos importantes personas que nos han dejado este año, dos ángeles festeros que nos verán desfilar desde la tribuna del cielo. Va mi aplauso por Vicent Baeza i Buades y por Juanfran Belmonte”, señaló el pregonero entre aplausos generalizados.

Para Joaquín Pérez, “los festeros nos convertimos en la voz de la historia, hacemos volver a la vida una visión conciliadora de aquellas batallas del pasado, pero nuestra recompensa va mucho más allá de una disputa por un territorio… es más sutil”.

Festero desde la temprana edad de 5 meses, Joaquín fue el primer embajador moro de la fiesta, en el mismo año en que su padre fue el primer capitán moro. Su vinculación con los festejos es, pues, absoluta, y lo evidenció a lo largo de todo su discurso, que leyó indistintamente en castellano y valenciano.

FESTERO DE PURA CEPA

Antes del pregón oficial, fue el alcalde del municipio, Juanjo Berenguer, quien hizo uso de la palabra para presentar al orador (“festero de pura cepa”, lo definió) y animar a la población a disfrutar intensamente de als fiestas.

Para el primer edil, “las fiestas son un cúmulo de momentos agradables que vivimos con intensidad…. Momentos que disfrutamos y momentos que pasan, pero que retenemos en nuestra retina y en nuestra memoria como únicos, porque cada año es diferente… cada año lo vivimos de forma distinta, y cada año, por cualquier circunstancia, nos marca y marca a cuantos tenemos a nuestro alrededor”.

Antes de los dos oradores, tomó la palabra la presidenta de la Junta Festera de Moros y Cristianos, Marga Sebastiá, que señaló que “en estos momentos de encuentro y alegría, recordamos la importancia de la tolerancia y el respecto mutuos. A lo largo de los años hemos aprendido a valorar las diferencias y a celebrarlas como parte de la riqueza que nos define como sociedad. En esta fiesta encontramos la unidad en la diversidad y la armonia en la convivencia”.