El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha señalado que “los momentos que estamos viviendo no son fáciles y cuando estamos en dificultades tan grandes como esta, muchas veces la tensión en la vida de la sociedad aparece y se manifiesta externamente. En estos momentos hemos de dar un testimonio de unidad y de trabajar juntos, porque solo trabajando juntos se trata de servir a los más pobres y necesitados. Os animo a trabajar con este espíritu de colaboración, de apertura, y de buscar entre todos lo mejor para todos y podremos construir una sociedad más justa y mejor.”

Mons. Benavent ha estado desde el pasado viernes visitando distintas localizaciones gravemente afectadas por la DANA, conforme se iban abriendo las comunicaciones. En el barrio de La Torre en Valencia, la parroquia se ha acabado convirtiendo en el centro de ayuda logística de atención a las víctimas. También ha visitado Paiporta, Aldaia, Picanya, los barrios de La Torre y Castellar y esta tarde seguirá su recorrido por localidades afectadas.

El Arzobispo también ha dirigido un mensaje poniendo en valor la movilización de toda la diócesis, en especial de sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos y muchos movimientos juveniles. Al respecto afirma que “durante estos días he tenido ocasión de visitar distintas parroquias y localidades que se han visto afectadas por la DANA. En medio de tanta destrucción y de tanto sufrimiento de tantas personas he podido comprobar cuántos jóvenes os habéis entregado a ayudar a las personas más necesitadas y a aliviar sus sufrimientos. Muchos pertenecéis a grupos parroquiales, a otros grupos o movimientos y encontrarnos allí ha sido una gran alegría para todos”. 

“Como Pastor de la Iglesia -añade- os quiero decir que valoro mucho el trabajo que estáis haciendo y os animo a continuar trabajando por los más desfavorecidos, especialmente, por esas personas que lo han perdido todo, que han perdido un ser querido. Intentemos que encuentren en nosotros una mano amiga y que nunca se sientan solas y abandonadas. Muchas gracias por vuestro testimonio y ánimo y adelante”. 

Dos parroquias son centro logístico de ayuda a las víctimas

Primero fue la parroquia de La Torre, y ahora la parroquia María, Madre de la Iglesia de Catarroja en coordinación con el ayuntamiento de la localidad. Se ha habilitado el templo parroquial para la entrega de alimentos, ropa y productos básicos. El párroco José Vicente Alberola indica que fue necesaria la limpieza para poder convertirse en centro de ayuda: “voluntarios de diferentes parroquias, coordinados por la parroquia Santiago Apóstol de Valencia, limpiaron el templo y también y coordinan la distribución”.

Los voluntarios además de limpiar el templo están ayudando a limpiar y a desescombrar viviendas de particulares. 

José Vicente Alberola explica que “hay que tener en cuenta que las casas de la zona baja de Catarroja han sido devastadas. Desde la parroquia coordinamos para poder paliar las diferentes necesidades y especialmente atender a los mayores y llevar medicación a los enfermos. Ahora lo más urgente son las necesidades materiales, sobre todo botas de agua y material de limpieza, y sostener a la gente que lo necesita”.

“La gente cuando viene a por comida también aprovecha para rezar”

Los voluntarios y fieles encontraron un momento de paz y esperanza ya que “ambas parroquias pudieron celebrar la eucaristía el domingo en la que participaron los voluntarios, gracias a los ornamentos traídos de parroquias de fuera porque aquí se ha perdido todo”, apuntó el párroco Alberola. 

En el caso de María, Madre de la Iglesia se celebró en el exterior, donde se ha colocado la imagen de la Virgen: “la gente cuando viene a por comida también aprovecha para rezar”, explica el párroco.

“Es necesario concienciar de que vamos a necesitar ayuda cuando nadie se acuerde de nosotros”

El párroco de Aldaia, Francisco Furió afirma que la ayuda va a ser necesaria durante mucho tiempo. “Agradecemos las muestras de solidaridad de la gente que nos está abasteciendo de comida y ropa, ahora tan necesaria, pero debemos ser conscientes de que el problema llegará cuando las personas que lo han perdido todo tengan que comprar lo imprescindible para vivir, como por ejemplo una nevera para conservar alimentos, un electrodoméstico para cocinarlos….por eso es necesaria también la colaboración económica a través de Cáritas, para seguir adelante cuando nadie se acuerde de nosotros”.

Con tristeza y la voz quebrada por el cansancio, Francisco Furió describe la situación vivida durante este fin de semana con preocupación y mucho agradecimiento a los voluntarios, “gracias a ellos ha sido posible limpiar y vaciar el barro de las casas. Hemos empezado por las viviendas y cuando ha sido posible, hemos entrado en los templos y los locales parroquiales.

El sacerdote valenciano está al frente del templo de la Anunciación y de El Salvador y Nuestra Señora de la Salette, ambos muy afectados por la DANA. “El pueblo de Aldaia está arrasado, todas las plantas bajas destrozadas, no sólo las viviendas, también los negocios, los edificios públicos, cientos de puestos de trabajo”, asegura. 

El Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, visitó la zona el pasado sábado, “nos transmitió todo su apoyo y, aunque moverse por aquí es muy complicado, pudo visitar la parroquia de la Anunciación y a las religiosas Hermanas de la Cruz, cuya residencia de Ancianos se ha visto muy afectada”

Acogiendo a rescatadores: Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer y Seminario de Moncada

Entre las instalaciones que se han ido improvisando para ofrecer ayuda, el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, en San Antonio de Benagéber, ha acogido a  55 bomberos voluntarios que se desplazaron para colaborar en la catástrofe por la DANA. Los bomberos se trasladaron desde distintas provincias españolas e incluso de Francia. 

Por otra parte, el Seminario Mayor de Moncada acogió a 150 miembros de la Guardia Real destinados a ayudar a las poblaciones afectadas por las inundaciones junto a otros cuerpos militares. Desde el Seminario, donde descansan, salen en turnos a las diferentes localidades.

Mientras, movimientos, asociaciones, empresas y particulares y los obispos de toda España siguen enviando ayuda material y económica. Las Cáritas diocesanas están siendo cauce con Cáritas Valencia. Desde la entidad valenciana explican que están a pie de calle para conocer las necesidades reales a día de hoy, donde las tareas urgentes de limpieza están dando paso a artículos de necesidad personales y para los hogares.

Particularmente todos los obispos valencianos, clero y laicos que se encuentran en otras diócesis de España, se han sumado al dolor de las víctimas haciéndose muy presentes en la Iglesia y  la sociedad valencianas.

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Fotografías: Delegación de Medios de Comunicación del Arzobispado de Valencia