• Se cerraron las puertas a las dos de la madrugada. Más de 26.000 fieles mostraron su cariño a la Patrona «con extraordinario respeto, orden y devoción» 

La Basílica de la Virgen de los Desamparados cerró anoche sus puertas a las dos de la madrugada tras acoger un multitudinario Besamanos con la participación de más de 26.000 fieles que se acercaron a venerar a la Patrona con “extraordinario orden, respeto y devoción”, explica el presidente de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, José Luis Albiach. 

La jornada transcurrió sin incidentes, con el paso ininterrumpido de devotos y concluyó a las dos de la madrugada, “el año que más tarde ha cerrado la Basílica sus puertas”, además en un año muy especial porque ha tenido lugar tras la reciente celebración y clausura del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu, afirma Albiach. 

Precisamente, los Seguidores de la Virgen colaboraron en la organización y control de acceso en el Besamanos, al igual que la Corte de Honor y los Eixidors del Trasllat.

En el Besamanos participaron numerosos niños, con sus padres, familias y muchos ancianos y personas enfermas. Precisamente, entre ellos, figuró un centenar de acogidos en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, y también representantes y usuarios de la Fundación MAIDES dedicada a la atención integral de personas con enfermedad mental crónica y en situación de pobreza y exclusión social.

Igualmente, destacó la presencia del Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, que se acercó por la tarde a la Basílica para rezar ante la imagen de la Virgen de los Desamparados. Se trata de la primera vez que monseñor Benavent acude al Besamanos como Arzobispo de Valencia, una cita ya muy tradicional para los valencianos y que ha tenido lugar en un año muy especial tras la reciente celebración y clausura del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu.

📸 Alberto Sáiz y Víctor Gutierrez/AVAN