• Cáritas Diocesana y la Cáritas de la Vicaría VIII ofrecen su ayuda al igual que numerosos sacerdotes de poblaciones vecinas

Con la lluvia llegó la calma a las zonas afectadas por el incendio en la Vall d’Ebo, en la provincia de Alicante, que hoy se encuentra estable y que obligó al desalojo de varias poblaciones -algunas de ellas, de la Archidiócesis de Valencia-, situación ante la cual numerosos párrocos de localidades cercanas mostraron su “total disponibilidad” para ayudar al igual que Cáritas Diocesana de Valencia y la Cáritas de la Vicaría VIII La Safor-La Valldigna-La Marina.

Desde que comenzó el incendio el pasado sábado, “desde la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en Pego, nos pusimos a disposición de todo el personal y autoridades implicadas en la extinción y los desalojos -Ayuntamiento, bomberos, policía, UME- y por petición del Consistorio abrimos una capilla para acoger a personas evacuadas, que finalmente no tuvo que utilizarse”, indica Ernesto Sanchis, párroco de Pego y responsable de las poblaciones desalojadas en Vall de la Gallinera y Vall d’Ebo.

Del mismo modo, “ofrecimos alimentos y también la casa parroquial por si era necesario pero no lo fue; la ola de solidaridad ha sido enorme y todos los desalojados han sido acogidos gracias a la ayuda de muchas familias de Pego y de supermercados, farmacias, cocineros, médicos… Ha sido una respuesta preciosa y satisfactoria, y la parroquia también ha estado allí, a disposición de lo que hiciera falta”.

El Ayuntamiento de Pego “nos agradeció todo el ofrecimiento que se realizó desde la parroquia, también desde Cáritas Diocesana de Valencia y las Cáritas parroquiales, y nos aseguraron que todas las necesidades estaban cubiertas pero nos pedían nuestra oración que, por su puesto, hemos ofrecido todos los días, por los afectados y por todas las personas que trabajan para apagar los incendios”, expresa el párroco.

Además, el párroco de Pego ha visitado estos días a las familias desalojadas que se encuentran en el local habilitado por el Ayuntamiento para “mostrarles nuestro apoyo y que sepan que estamos a su lado”, subraya. 

Numerosos párrocos de pueblos cercanos ofrecen su ayuda

En total han sido desalojados unos 2.000 vecinos, entre ellos los de los municipios de la Vall d’Alcalà y poblaciones anejas como Beniana, Alcalá de la Jovada y Beniaia; La Vall de Gallinera (Benialí, Benissivà, Benitaia, Benirrama y la Carrotja); Famorca; y urbanizaciones de Pego, Adsubia y Castell de Castells, localidades integradas en el arciprestazgo 35 “Preciosísima Sang”, en la Vicaría VIII.

A nivel arciprestal, “todos los sacerdotes se han volcado estos días y se han ofrecido para ayudar en todo lo que hiciera falta en las zonas afectadas y también por parte de Cáritas de la Vicaría VIII, a través de su coordinadora, se ofrecieron para poner a disposición del arciprestazgo lo necesario para los afectados”, asegura el arcipreste Francisco Manuel Murillo, que mantiene contacto telefónico con los presbíteros.

Igualmente, fueron desalojadas las localidades de Tollos, Fageca y Benimassot, en la comarca del Comtat, que pertenecen a la Vicaría VI Xàtiva-Alcoi-Ontinyent. 

En la zona del Comtat esta mañana “el perímetro estaba controlado y estaban refrescando para evitar rebrotes y hoy se permitirá el regreso de los vecinos”, explica el párroco de Tollos y Benimassot, Joaquín Gandía, que reside en Gorga. 

Desde las parroquias, “queremos compartir un mensaje de esperanza porque parece que hoy está controlado el incendio y las familias podrán regresar a sus casas”, indica el párroco. Este fin de semana son las fiestas patronales en Benimassot “aunque no creo que los vecinos tengan muchas ganas y mañana veremos cómo está la situación y si podemos celebrar la procesión o se hace más adelante”, apunta.

Tranquilidad en Alcublas, a un paso del incendio de Bejís (Castellón)

Por su parte, el incendio de Bejís, en la provincia de Castellón, que ayer llegó a la provincia de Valencia, afectando a la localidad de Alcublas, está hoy estabilizado ya que la lluvia ha hecho reducir la llama en casi todo el perímetro hasta casi desaparecer aunque quedan zonas calientes, según el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana.

En Alcublas “el fuego llegó ayer por la mañana al término municipal y ya por la noche se veían las llamas en una loma cercana pero la lluvia que cayó prácticamente lo apagó, para mayor tranquilidad de todos los vecinos que, dentro de lo que cabe, no lo vivieron con mucho temor ya que la población está rodeada y protegida por campos y nunca ha llegado el fuego a las casas”, comenta el párroco Guillermo Moret.

Sin embargo, “la situación es distinta y podría ser más peligroso el fuego en Andilla”, donde también es párroco Moret, ubicada a unos 16 kilómetros de Alcublas, “porque allí todo es monte con pinos; ayer había un olor a quemado muy intenso y mucho humo que impedía la visibilidad pero el cambio de dirección del viento hizo que esa humareda desapareciera y parece que se estabilizó a mediodía”. 

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