- Este sábado, con una misa solemne presidida por monseñor Arturo Ros
La localidad valenciana de Alborache iniciará mañana, sábado, los actos conmemorativos del 355 aniversario del conocido como “milagro de Nuestra Señora de los Desamparados a Jaime Renovell Barba”, ocurrido en el municipio, según la tradición, el 14 de mayo de 1667.
Las celebraciones, que se prolongarán durante 2022 y 2023, comenzarán con una misa solemne presidida por el obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros este sábado, a las 19 horas, en la parroquia Santiago Apóstol de Alborache, seguida por un concierto de Ronda a la Virgen, explica Alvaro Medina, párroco de la localidad.
En los últimos años “desde la parroquia, con la colaboración del Ayuntamiento, otras entidades y vecinos, estamos intentando recuperar esta celebración en torno al milagro, que está documentado en los libros de la parroquia y también en los archivos de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia”, señala.
Con motivo de este aniversario, “se van a organizar una serie de actividades en torno al milagro, como un ciclo de charlas y una visita a la Basílica de la Virgen en Valencia, el próximo año, uniéndonos también de esta forma a la celebración del Centenario de la Coronación Canónica”.
Además de la programación de actos en torno al milagro también se ha diseñado una imagen oficial en este aniversario de la aparición mariana a un vecino de la población.
Tradición y devoción desde 1667
Según la tradición, Jaime Renovell, vecino de Alborache, el 14 de mayo de 1667 mandó a sus hijos pastorear a los bueyes, y uno de los niños cayó al río y desapareció. Todo el pueblo buscó al pequeño Jaime sin éxito. Su padre volvió a casa y allí encontraron al niño, empapado en agua. Contó que estuvo hundido en el río hasta el anochecer, cuando oyó la señal del Avemaría y, guiado por una luz, vio a una Señora con corona de resplandor que ordenó a dos jóvenes que le sacaran del agua y le llevaron su casa.
El cura del pueblo le preguntó al niño si identificaba a la mujer del río, le mostró una estampa de la Virgen de los Desamparados y el pequeño confirmó que era ella. A partir de ese momento, el pueblo de Alborache comenzó a difundir el milagro y la devoción por la Mare de Déu dels Desamparats, tradición que ha llegado hasta la actualidad.