• El Arzobispo de Valencia invita a los Colegios Diocesanos a cultivar una educación basada en una “auténtica espiritualidad cristiana” abierta a la trascendencia, a la solidaridad y la caridad

La Catedral de Valencia ha acogido esta mañana el Encuentro de Profesores de inicio de curso, presidido por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, en el que han participado más de mil profesores de la Fundación Colegios Diocesanos-San Vicente Mártir, a la que pertenecen los 67 centros educativos del Arzobispado.

Monseñor Benavent, que ha expresado su “gran alegría” de poder compartir este primer encuentro como Arzobispo con los Colegios Diocesanos”, ha incidido en varios aspectos importantes:  “Si no existe esa dimensión de apertura a la trascendencia y de encuentro con Dios, al final será difícil dar sentido a una educación basada en los auténticos valores humanos y será difícil dar sentido también a una educación en la solidaridad y en la caridad del prójimo”, ha afirmado.

Antes del comienzo del encuentro, la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados ha sido trasladada por una treintena de profesores desde la Basílica hasta la Seo, donde ha sido instalada frente al altar, estando presente allí toda la mañana.

Este encuentro ha concluido con una misa de envío de profesores, oficiada por el Arzobispo, y ha incluido, además, tres ponencias, el anuncio de las líneas generales de acción del nuevo curso y un homenaje a profesores jubilados.

“Vivimos en una cultura que muchas veces dificulta todo lo que lleva al encuentro con Dios”

Actualmente, según ha expresado el Arzobispo, “estamos viviendo en una cultura que muchas veces dificulta el cultivo de la espiritualidad y de todo lo que lleva el encuentro con Dios y también encontramos hoy en nuestro mundo cómo muchas personas sienten un deseo de silencio, de serenidad y de paz, un deseo de interioridad, de espiritualidad que muchas veces se presenta no como una apertura a Dios sino como una respuesta a la demanda creciente que hay en el ser humano de bienestar emocional, de equilibrio personal, de búsqueda de serenidad o de búsqueda de disfrute de la vida”.

“No olvidemos que una cosa es la apertura a Dios, y la educación en la dimensión trascendente de la persona y otra cosa distinta y no necesariamente unida es el cultivo de la interioridad. La interioridad por sí misma no es apertura a Dios . Puede haber un cultivo de la interioridad que no lleve al encuentro con Dios y que por tanto no conduce a la meta a la que el ser humano está llamado por Dios”. 

La espiritualidad basada en la pura emotividad no lleva a la comprensión de la fe

Asimismo, el Arzobispo ha mencionado otra posible respuesta a esta demanda del ser humano a través de la búsqueda de una espiritualidad basada en la pura emotividad, una espiritualidad que se reduce a ese instante. Esa sería una espiritualidad que  “no lleva ni a una comprensión de la fe, ni a la verdad, ni a un compromiso, ni al bien, se queda en esa dimensión estética”, ha asegurado.

Por tanto, «en todo proyecto educativo, todo proyecto pastoral de los colegios debería incluirse una educación basada en una auténtica espiritualidad cristiana, que no se reduzca al momento emotivo, que no se quede tampoco en un simple compromiso ético separado de la experiencia de Dios y que no se reduzca a una educación moral también desvinculada de la experiencia de Dios”, ha añadido.

Julio Tudela: “La verdadera escuela enseña a amar: si tu alumno no ama siempre estará insatisfecho”

Además de la intervención del Arzobispo de Valencia, en el Encuentro de Profesores han ofrecido también conferencias Julio Tudela Cuenca, profesor de la Universidad Católica de Valencia (UCV), y Aurora Aranda, secretaria general de Cáritas Diocesana de Valencia.

Tudela propone tres pilares para “recorrer el camino”. La primera es “educar en la verdad: que vuestro sí sea sí y vuestro no sea no; necesitamos testigos que viven lo que enseñan. Hablo de verdad en la conducta y verdad en el conocimiento”. La segunda es “educar en la bondad: en el agradecimiento, la paciencia y el perdón, la austeridad, la castidad, la compasión, la ternura y la caridad, y la humildad”. La tercera, “educar en la belleza: de la persona, de la relación y de la creación”.

Aurora Aranda: “Educar en la caridad compromete al alumno, a la familia, al educador y a la comunidad de la que formamos parte»

Por su parte, un mensaje de “luz y de esperanza” es lo que ha traído a este Encuentro de Profesores Aurora Aranda, secretaria general de Cáritas Diocesana de Valencia, que ha impartido la ponencia “Frente al egoísmo y el individualismo: la Caridad porque la caridad se vincula a la esperanza”.

La secretaria general de Cáritas Valencia ha asegurado que la juventud de hoy en día, “los alumnos que ocupan las aulas de nuestros colegios”, son “creativos e innovadores en una sociedad que ha creado un mundo de diferencias” pero que ellos “han sabido asumirlas y aceptarlas y lo viven con naturalidad”.

Una juventud “con conciencia social, a veces no preocupada por lo que nos gustaría y con cierta rebeldía. Y ahí está la clave para poder encauzar hacia la reivindicación social”. Son personas que “frente al hedonismo sin sentido saben saborear la vida, se comprometen en las acciones de voluntariado, de la parroquia, de Juniors. Usan las herramientas que tienen para hacer un mundo con más luz y más esperanza”.

Asimismo, es una sociedad del individualismo que llega incluso al egoísmo. “Nos hace ser individuos que piensan y miran hacia uno mismo y no hacia el otro. La mirada de la caridad pone a la persona en el centro. La mirada de la persona tiene sentido en el vínculo con el otro. Ser persona en relación con el otro.  Vivimos en la sociedad más desvinculada pese a vivir en la sociedad más conectada y la caridad, el amor al otro, al más frágil, al más vulnerable, se hace presente desde una mirada esperanzadora”. 

Con una mirada esperanzadora, la secretaria general de Cáritas ha recordado que la diócesis de Valencia hizo la mayor colecta para ayudar a las familias ucranianas. “En un mundo herido no podemos permanecer al margen, tenemos que implicarnos. La tarea educativa busca ayudar a generar y formar personas, buenos cristianos que sepan hacer frente a los retos de hoy en día. No solo a formarse académicamente”. Y esto es importante a la hora de afrontar el cómo cuidamos a las personas que forman parte de las aulas. 

Rafael Cerdá: “Necesitamos nuevamente abrir nuestros corazones para recibir a nuestros alumnos en este nuevo año”

El encuentro ha dado comienzo esta mañana con una oración tras la que Rafael Cerdá, vicario episcopal y delegado de Enseñanza del Arzobispado, ha dado la bienvenida a los profesores asistentes y ha dirigido unas palabras a los docentes allí presentes. Según ha expresado, la tarea educativa no es una tarea de amasar, de poner ladrillos: ser maestro va más allá. Es estar cada día preocupados mientras vamos al colegio para ofrecer a los alumnos aquello que ellos necesitan”.

El delegado episcopal ha agradecido la presencia de monseñor Benavent en el encuentro, el primero que preside como Arzobispo de Valencia. “Cuando en la familia está el padre, el pastor, la vida de esa familia es más fuerte porque tenemos el referente de quien nos ayuda y nos acompaña”.

Misa conclusiva presidida por el Arzobispo “Vuestro trabajo de profesores es más que un trabajo: es una misión eclesial”

Como principales actitudes que deben tener los educadores, el Arzobispo ha propuesto “estar atentos a vuestros alumnos y sus familias, que quieren y desean algo más que una buena instrucción académica: orientación y consejo. Tened una actitud compasiva con sus necesidades, gritos y esperanzas. Y que todos los ‘ruidos’ que tenéis en el día a día en vuestro trabajo no os cieguen esa atención”.